Estoy encerrado en una dimensión infinita
donde solo existe una voz muda y un oido sordo.

Mi respiración se pierde en el vacio de un cristal

Me encuentro atado a mí;
no puedo vuelar, no puedo soñar.

El aire huye de mí.
Intento atraparlo con los labios
pero se marcha sin siquiera voltear.

Ya no hay nada más, estoy sólo.
Todo se ha ido y ya no me podre jamas abandonar.

Mi viaje

Estoy sentado frente a una computadora, son las once treinta de la noche del día del día 21 de diciembre del 2008 y un año más esta a punto de llegar a su fin.
Me pregunto que he hecho en todo este tiempo, la respueta es simple: nada.
Sí aún no he hecho nada por mejorar como ser humano, como amigo, como hijo, como profesionista, como hermano.
Estoy en el mismo lugar en el que estuve hace un año; solo que en esta ocasión con una carga de daños más grande.

A tí que te rompí tu ilusión y el corazón, te pido una disculpa y quiero que sepas que nunca te olvidaré, porque tu recuerdo se quedó en mi corazón.

A todos aquellos a los que hice a un lado por vanalidades, quiero decirles que los extraño y los necesito.


A mis padres a los que he defraudado con mi indiferencia y mi falta de visión para sobresalir en la vida, tambien les pido que me apoyen.

Hoy quiero decirles por una pantalla, que mi vida a lo largo de este año fue un caos, me destruí y retrocedí en vez de avanzar; sin embargo hoy inicio un viaje sin retorno que no se a donde me llevará.

La persona que fui se comienza a difuminar, tengo miedo, me encuentro ante una nueva luz que me ciega, durante años he estado sumido en un oscuro inframundo.

Tengo miedo de luchar, quiero sacar mis alas, pero éstas estan secas de ilusión y alegría; llegó el momento de quitarse el barro que las ha cubierto por años, impidiendo su vuelo.

Adios al infeliz maricon que fui, es hora de partir y te dejo, no voy a mirar atrás, te arrancaré para encontrar esa luz que permita vivir.